jueves, 12 de septiembre de 2013

La Realidad Efectiva: un taller para delirantes.


Librería AQUILEA


¿Tenés ganas de escribir? 
¿Querés charlar un rato sobre literatura y cagarte de la risa?


La Realidad Efectiva: un taller para delirantes.

Empieza el 1° de Octubre!!!!

Haremos hincapié en el humor en la narrativa y un análisis de las distintas variantes del realismo. Realismo mágico, realismo delirante, realismo atolondrado, realismo puro.
¿Qué carajo es el “Realismo Delirante”? ¿Qué es la “Realidad Efectiva”?
Si nadie lo sabe, lo descubriremos juntos.

El objetivo del taller es:

Pensar, idear, construir y escribir textos propios a partir de ejercicios.
Análisis de los textos con debate grupal mientras los vamos corrigiendo.
Lectura y análisis de cuentos y relatos de autores diversos.
(Laiseca, Aira, Fogwill, Copi, Arlt, Cucurto y otros)
Todo eso rociado con mate, café o alguna birrita.

Duración: Octubre y Noviembre
Dos horas semanales.

El horario:
Martes de 19:00 a 21:00 hs.

El lugar:
Librería Aquilea – Av. Corrientes 2008 – CABA

¿Cuanto duele?
300 rupias mensuales.

Contacto y más info:

Sebastian Pandolfelli
pasajerou@yahoo.com

¿Y a éste quién lo conoce?


Sebastián Pandolfelli: Lanús, 1977. Músico, compositor y escritor. Es discípulo y asistente del escritor Alberto Laiseca hace más de 10 años. Publicó “Rocanrol” (Cuento, Editorial Funesiana 2008)  “Choripán Social” (Novela – Ed. WU WEI, Argentina, 2012 y Ed. Tambo Quemado, Chile, 2013) y escribió “Diamante” (Relatos). Desde el 2006 asiste en la técnica y musicaliza el Ciclo de lecturas “Carne Argentina” e integra el colectivo cultural “La Compañía” con quienes editó la antología “Timbre 2” y produce contenidos audiovisuales. Ha publicado textos en el diario Tiempo Argentino. Cuentos suyos integran antologías. Participó en la conducción y producción de programas radiales. Actualmente forma parte de las bandas de rock “Los Barriletes Cósmicos” y “Dos Cachivaches”. Integra como músico estable las compañias teatrales “Compañia de Funciones Patrióticas” y “Teatro Todo Terreno”. Administra el blog: www.choripanvirtual.blogspot.com

Alta tapa la edición de Tambo Quemado en CHILE



El mundo al revés, en tiempos del fin de mundo, la mejor expresión de la narrativa joven argentina bajo los tiempos del kichnerismo. Una conquista popular se vuelve el mejor campo de batalla para que un sindicalista corrupto y un empresario inescrupuloso, quieran dirigir los destinos de una de las principales naciones latinoamericanas, una unidad básica justicialista resiste gracias al concurso de un ejército de “pibes chorros” o “flaytes” en el decir chileno; el general Perón vuelve en gloria y majestad a la Plaza de Mayo, provocando el nuevo milagro argentino  del siglo XXI.

Al decir del maestro Alberto Laiseca  esta novela “es como Las Mil y Una Noches de la pobreza y el delirio(…) El primer peronismo, no importa cómo, funcionó. Era la lámpara de Aladino. Cada vez que aparecía un déficit, se la frotaba y aparecía el Genio con las manos llenas. Después de 1955 quedó el mito, que también es un Aladino en sí mismo. Por eso el peronismo es imborrable en el sueño popular”


“Choripan Social” de Sebastián Pandolfelli, nos entrega al filo del abismo y al borde del exceso, las claves más importantes para entender los rumbos últimos de la podredumbre y el saqueo menemista, el renacer  de la Argentina de la última década ganada, de las manos de una apuesta rechazada por el neoliberalismo y vitoreada por el pueblo, porque a las finales, siempre será “San Perón” mañana. 


DISPONIBLE EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS A PARTIR  de Septiembre 2013

Rolistón!!


Librería METALES PESADOS - Satiago de Chile


Super Chori!!


Fogwill


Todavía no lo compraste??


Grabando...


En la Feria del Libro de Buenos Aires 2013



En una charla con Selva Almada.

Otro tema, mirá ESTE VIDEO:

Entrevista en la TELE!!



Estas son del Programa LEYENDO CON EL AUTOR que sale por el canal ComarcaSI



No tan distintos - en el Suple Cultura de Tiempo Argentino



No tan distintos


Una mujer. Vio a una mujer, atrás de un vidrio empañado. Un segundo antes de todo. En realidad no supo si estaba empañado o era el reflejo del sol. Se asomó por la vidriera. Apareció ahí entre los carteles de moda, esa moda obscena, infiel. Miraba a la gente moviéndose como todos los días en el templo del consumo. "Irán al infierno". ¿Esa gente sabía por qué se estaba yendo? Ellos esperaban. La camioneta en marcha. No queremos más guerras. Zaid se distrajo con un avión que surcó el cielo como una virgen haciendo ala delta. Una imagen de su infancia, antes de entrar de lleno a la yihad. La mujer, con la mirada perdida en algún punto, parecía estar diciendo: "Mirá tu libro de reglas... Decime lo que ves. ¿Sos tan diferente? ¿No sos igual a mí?" Se le oprimió el pecho. Esa mujer podría haber sido su madre, podría haber sido su hermana. Pero era una de ellos. Estaba del otro lado del vidrio junto con todos los que no merecen piedad. La camioneta en marcha. La "lapa" ahí, latiendo como un ojo blindado. Su compañero Hassan repasaba unos versos del Libro. Zaid empezó a dudar. Tenían diecisiete años y estaban a miles de kilómetros de casa. La duda es para los cobardes. Pero esa mujer ahí. Como la flor de un jardín primitivo. Podría ser su madre. Podría ser Maryam, que era tan bonita que le hacía latir el corazón como una ráfaga de balas en pleno entrenamiento. Pero no. En ese preciso instante ella alzó la vista y sus miradas se cruzaron. ¡Por Alá! ¿Qué me pasa?, quiso gritar. Quiso salir corriendo y salvarla. Y salvarse. Aunque se estuviera condenando. Pero no. Hassan accionó el detonador.
 
Sebastián Pandolfelli es escritor. Su última novela es Choripán social (editorial Wu Wei).

Radio Nacional!!


En FM La Tribu 88.7 Mhz








La mano que tacha
de Paula Banfi, basada en textos de Luis Cano.

Con: Lola Banfi (actriz), Mariano Kevorkian (actor), Sebastián Pandolfelli (músico), Martín Rieznik (cineasta). Dirección: Paula Banfi

¿edición en escena?
Cada función es única. No se trata de una improvisación neta: todos los textos que aparecen en la obra fueron escritos por Cano. La música, los sonidos, los personajes y las imágenes proyectadas surgieron de las lecturas y del universo del autor. La acción concreta es editar: recortar, ordenar, ocultar, subrayar, repetir, omitir, acomodar. Y esta edición es escénica, sucede en el tiempo y en el espacio de la obra. Profundizamos nuestra labor del aquí y ahora. Jugamos en vivo, mezclando lenguajes. Como en todo viaje, hay infinitos caminos posibles.

IL MOSTRO


Se viene algo pulenta... Dentro de un tiempo en tu pantalla...

Muñeco de Haití - Texto publicado en Tiempo Argentino


Muñeco de Haití

Nikole quiere que le diga mamá. Pero ella no es mi mamá. No sé muy bien qué es. Y si encontrase la palabra, estoy seguro que no la diría. Acá son rubios y de ojos claros: Nikole, el marido, las nenas. A mí me gusta bailar. A veces bailo y me aplauden. Bailo y no espero nada. Pero ella nunca se divierte; se queja de que todos la usan y le quieren sacar plata y se enoja y grita y dice que está cansada y que no quiere trabajar más y un montón de cosas. Yo no entiendo de qué trabaja, pero es tan linda que parece una muñeca, por eso la gente le dice que se ponga esta o aquella ropa y le regalan cosas y le sacan muchas fotos. Una vez me llevó a un lugar donde estaba lleno de periodistas y los flashes no me gustaban y después salimos en la tapa de un montón revistas. Y ella dijo que me rescató del terremoto. Yo no me acuerdo de haberla visto en Puerto Príncipe. Estábamos con mamá y mis hermanos: Gustav, Hanna y Ike y empezó a soplar un viento fuerte y pensamos en papá, allá en medio de la tormenta en el bote, y sonaron truenos y se puso todo negro y llovió y llovió hasta que se inundó la calle y salimos a nadar y mamá chillaba, pero igual nos subimos al contenedor de basura que flotaba como el bote de papá y de repente volaron pedazos de las casas y me caí en la corriente. Después estaba en un refugio y los soldados me dieron de comer y fuimos a un hospital y no supe nada más de mi familia y me trasladaron a otro lugar donde había muchos chicos como yo y entonces vino el abogado. Y Nikole que quiere que le diga mamá, pero ella no es mi mamá... Ya me quiero ir a casa, oficial.

Cachay!!


Se viene CHORIPÁN CHILENO!! Weón!!!!


Tocando en Clásica y Moderna con Diego Banfi


Lectura en La Dulce


Me gané una mención!

La única poesía que escribí ganó una mención en un concurso. Me retiro del género. Jejeje.

LAISECA: LA IMAGINACIÓN TIRÁNICA DEL MAESTRO ZEN

El autor de la novela más larga de la literatura argentina suele definirse como actor. Así, Alberto Laiseca ratifica su extraño lugar dentro del campo literario: escribió sus primeras obras junto a autores como Piglia, Aira y Fogwill pero en el canon ocupa un lugar desconcertante. Trabajador rural, peón de limpieza, empleado de Entel, corrector de La Razón, hoy es consejero sentimental en un programa para adolescentes y puede jactarse de haber logrado que su taller trascienda lo literario. Sus discípulos forman a su alrededor una red de contención y promoción. “Sin ellos sería la soledad más absoluta”, dice. Perfil del autor que escribe con disciplina militar y piensa que la literatura jamás podrá cambiar nada. Ilustrado por la artista Laura Ojeda Bar que para Anfibia hizo un retrato al óleo.



El Mostro, habla sobre todo y todos. Y nos nombra con cariño.

Texto completo acá: 
REVISTA ANFIBIA

"Choripán Social": ecos de una gastronomía peronista

DIARIO REGISTRADO

Sebastián Pandolfelli abre el apetito literario con su novela "Choripán Social"; un muestrario de personalidades que surgen de un peronismo realista pero al mismo tiempo mágico.

Son: El Rey del Choripán, Glenda Glande, Platero, Saporitti, Eliseo Grande y muchos otros personajes que el autor desarrolla con ternura en una historia donde el choripán nacional y popular es el centro de la disputa entre la carne, la morcilla y el atentado culinario del "choripán sojero".

Alberto Laiseca define la novela como "Las Mil y Una noche de la pobreza y el delirio"; un texto que dentro del circuito literario generó algunas rispideces en cuanto a la visión delirante del peronismo y su burocracia sindical.

En diálogo con Diario Registrado el autor nos cuenta como pensó y escribió "Choripán Social".

-¿Cuánto hay - o no- de tu historia personal (y/o militancia) en el libro?

-La novela no es autobiográfica pero muchos de sus personajes están inspirados en amigos y parientes, incluso casi todos tienen alguna característica de mi personalidad. Hay algunas anécdotas reales y bastante de historia argentina. No soy muy militante más que de mis propias ideas.

-¿En qué te inspiraste?

-Empezó como un ejercicio en el taller de Alberto Laiseca y se fue alargando. De repente tenía unas 40 páginas y la historia seguía pidiendo, entonces me puse a trabajar pensando en el formato novela. Me inspiré en la realidad efectiva. Argentina, su historia, el peronismo son material para millones de novelas.

-¿Cómo fue el camino de la escritura de Choripán Social? ¿Cuánto influyó la mirada de colegas, de Laiseca?

-La fui escribiendo durante un año y medio. Empecé en 2006. En esa época Leandro Ávalos Blacha estaba trabajando en su libro Berazachussets y todas las semanas nos leíamos los nuevos capítulos en el taller de Laiseca. Era muy estimulante escuchar a Leandro porque es un genio. En ese año nos juntábamos con otros alumnos de Lai a leernos entre nosotros una vez al mes en las Veladas Gallardas, una suerte de tertulia, cervecera y los comentarios de esas noches ayudaron en la construcción de la historia y los personajes. Cuando la terminé la leyeron Leo Oyola y Francisco Garamona y con sus aportes armé la versión final. Laiseca me dijo durante todo el proceso de escritura que estaba haciendo un libro genial y me insistía para que fuera cada vez más delirante. El "Mostro" en el mejor de los maestros. Quiero a todos los personajes por igual, los fui creando y les di forma durante una año y medio y me encariñe hasta con los malos. De hecho si ves la dedicatoria, entre otros, dice: "A los personajes de esta historia"

Aunque suene lugar común no es mala idea recorrer las páginas de Choripán Social acompañado por el olor inconfundible de la carne a la parrilla y dejarse llevar por las aventuras peronistas de una realidad que no es pero que casi  podría ser.

Sobre el autor: Sebastián Pandolfelli nació en Lanús, es músico y escritor. Integra la banda "Los Barriletes Cósmicos". Publicó Roncarol ( Funesiana, 2008) y participó en la antología Timbre 2 ( Pulpa, 2010). Choripán Social es su primer novela (Editorial Wuwei).

BRANDO


Sebastián Pandolfelli sorprende y alegra con Choripán social - Una conquista popular.


Editorial Wu Wei edita Choripán Social - Una conquista popular, de Sebastián Pandolfelli, ofreciéndonos una obra llena de imágenes, acción y guiños; de alegre impronta peronista  y con mucho humor. Y así como el libro ofrece humor, también lo demanda de parte del lector.
Choripán social está prologado por el escritor Alberto Laiseca, quien no duda en equiparar el estilo literario de Pandolfelli al de Osvaldo Soriano y al de él mismo.
Y como no podremos superar la pluma de Laiseca, los dejamos en su compañía para que leyendo ese prólogo les entre esas ganas irrefrenables que nos agarró a nosotros y nos hizo leer a Pandolfelli, con una sonrisa de oreja a oreja, de un solo tirón.

“Este es un libro genial, de humor único. Nadie escribe así. Qué otro que Pandolfelli podría comprender las contradicciones del que está abajo. Él mismo vivió muchísimos años en Lanús: en Villa Diamante concretamente (Diamante, que No es parte de Villa Caraza, digan lo que diga. ¡Viva Perón, carajo!).
Los personajes, aunque muchas veces sería un poco de ellos, están tratados con ternura. Y muy bien diseñados. De esto después hablaremos más.
Es como Las Mil y Una Noches de la pobreza y el delirio. El primer peronismo, no importa cómo, funcionó. Era la lámpara de Aladino. Cada vez que aparecía un déficit, se la frotaba y aparecía el Genio con las manos llenas. Después de 1955 quedó el mito, que también es un Aladino en sí mismo. Por eso el peronismo es imborrable en el sueño popular. Así en esta novela no tiene nada de extraño que unos delirantes intenten reciclar (o directamente poner en marcha) viejas maravillas y objetos de aquel tiempo. Sea el Pulqui, un ataque de cien o doscientas toneladas (para el caso es igual), e incluso una heladera súper, logro del primer gobierno. No podía faltar claro, Richter y la primera bomba atómica argentina. Admito, de odas formas que estos delirios aparecen aquí apenas insinuados virtualmente. El desarrollo es completo en otra obra de Pandolfelli, aún no publicada.
Todas las partes son maravillosas. Lástima que sólo puedo citar algunas: “La gente estalló en un grito de algarabía. Todos saltaban y gritaban, incluso algunas chicas un tanto osadas levantaron sus remeras mostrando las tetas, locas de contentas.”
Ahora digo yo, Laiseca, el comentarista: ¿Será posible que siempre me pierda esas manifestaciones nacionales y populares? La única vez que por el estilo vi algo (en foto) fue cuando ganó la selección nacional (con Maradona en plena gloria). Se hizo una fiesta en el obelisco y una chica con remera de “Número 10” peló las gomas. A la foto publicada por el viejo diario La Razón todavía lo guardo. Pero parece que la “mostrada” es una institución. Así en la novela: “- Acá están, estas son, las mujeres de Perón – coreaba un grupo de chicas y viejas levantándose las remeras y mostrando las tetas, mientras unos jóvenes pelilargos cantaban que iban a construir una escalera con los huesos de Aramburu para que Evita llegara al cielo y…·. Etcétera.
Una parte inolvidable es esa donde el malvado jefe de la Guachampú ordena a sus zombies, mediante fuerzas electromagnéticas que les entran por el ortex, que maten a sus adversarios políticos. Pero las cosas se le desmadran porque los zombis empiezan a matar a cualquiera (incluso se matan entre ellos). De modo que: “… Al emitir la orden, en lugar de crear un poderoso ejército, activó centenares de gólems asesinos seriales.”
Otra delicia es la parte de las “Minas rompe huevos”. Pero es que los rompen en serio: con su cháchara hacen que se te inflen y estallen. Yo calificaría de genial a esta parte: “Su papá se fue con una vecina cuando él tenía tres años y su mamá cayó presa del vino en cajita. La internaron en el Braulio Moyano y nunca más la vio”. Cuando alguien es loco, malo y monstruo en este libro, lo es en serio.
Aparece un fabricante de morcillas. Según sostiene el tipo, las mejores se hacen con chanchos negros. El problema es que tales porcináceos son escasos. Decide entonces ir al África para “…cortar los miembros viriles los de los nativos. ´Ya viene la morcilla hecha, sin ningún tipo de proceso´. Con esta loca idea partió y al tiempito nomás mandó una encomienda con dos o tres chotos zulúes o quién sabe de que otra tribu. Continuó por esos pagos hasta que por ensartarse a una negrita (que, parece, era hija de un guerrero importante de una tribu del Congo) se la cortaron a él y murió desangrado.
Choripán Social es, para mí, una acabada muestra de realismo delirante, tal como los libros que escribieron el gordo Soriano o los míos. Aún así los tres estilos no pueden ser más diferentes, ya que cada uno lo encontró por su lado.
Ya adelanté que los personajes están impecablemente diseñados (tanto los corruptos y malditos como los puros de corazón y peronistas en serio).
Sebastián Pandolfelli consigue algo muy difícil en literatura: Que uno crea en la existencia de todos ellos.
El globo gigante que representa al General Perón, a quienes todos la piden un milagro para acabar con el quilombo, habla y les dice muy enojado algo como esto: “Ya me tienen harto. Dejen de pedirme cosas. Al milagro lo tienen que hacer ustedes.” Y el milagro (más allá de la ironía) tiene lugar. La aparición mágica y repentina del árbol de la flor del ceibo, en la Plaza de Mayo, calma los ánimos y, los que todavía están vivos, vuelven a sus casas.”
Alberto Laiseca

LIBROS INDIE HOY

Choripán Social: Realidad efectivamente delirante | Eliseo Grande, Secretario General del Sindicato de Choripaneros, tiene un plan para ser presidente a través de un negociado con choripanes de soja. Y también se masturba escuchando a Xuxa, disfrazado de paquita. Miguelito Miguel viaja en el tiempo para encontrarse con Perón. Saporitti quiere conquistar el mundo con celulares que en vez de en el bolsillo se llevan en el culo. Y un ejército de pibes chorros le presentarán batalla.
Estas cosas (entre muchísimas otras) suceden en “Choripán Social“, un libro donde los malos son malos y los buenos casi que también. Un libro contundente que habla tan bien por sí sólo, que transforma a estas preguntas en inservibles. Pero las hacemos igual.
Gabriel Baigorria: Sos actor, músico y escritor. Me permito preguntarte entonces: ¿de qué vivís?
Sebastián Pandolfelli: En este momento vivo de ahorros. Trabajé durante 10 años en una ONG de Defensa del Consumidor de la que fui casi un factotum y la dejé en diciembre del año pasado. Demasiado quemante. Debería empezar a preocuparme porque las reservas se van agotando. Igual me defiendo con cualquier cosa, se aceptan propuestas… Aclaro que no soy actor, soy un poco performer, pero decir actor es mucho. Fui cartero, mozo, delivery, secretario, recepcionista, procurador de expedientes en tribunales… Ahora hago música para teatro, toco en dos bandas, estoy grabando un disco y tengo uno por grabar. El 11 de mayo se presenta una comedia en Fundación Proa con música mía y el 26 de mayo vamos a estrenar una obra experimental buenísima sobre la escritura y sus procesos que se llama “La mano que tacha” donde toco en escena. También estoy empezando a escribir algunas cosas que seguro serán parte de mi próximo libro. Más adelante me gustaría hacer música de películas o publicidades, no sé, veremos cuando la soga apriete. Quizá salga a vender choripanes en Plaza Miserere.
G.B: ¿Influyen en algo tus otras actividades en la de escritor?
S.P: Un amigo después de ver un show de mi banda, Los Barriletes Cósmicos, me dijo: “Tu música es la continuación de tu literatura”. Todo tiene que ver con todo, y todas mis actividades se influyen entre sí. Soy músico, escritor, performer, y además tengo un costado leguleyo. No soy abogado, pero patear tribunales y el trabajo en la ONG me quedaron muy grabados. Casi todos mis amigos me consultan sobre esos temas cuando tienen algún problema y me gusta reclamar y pelearme con abogados de empresas. Ese es mi granito de arena anti capitalista, jaja.
G.B: ¿Cómo arrancaste a escribir Choripán Social? ¿Hace cuánto tiempo lo tenés listo para publicar?
S.P: La empecé en 2006 como un ejercicio en el taller de Alberto Laiseca, que se fue estirando hasta tomar forma de novela. Me llevó un año y medio, masomenos. En 2008 estaba listo para ser publicado, la registré el 17 de octubre por cábala, jaja. Estuvo dando vueltas por ahí en fotocopias desde ese momento. Yo andaba leyendo en público y haciendo algunas performances para meter un poco de ruido pero no pasaba nada. Los editores son gente rara. A veces te dicen que no dá, y después, cuando el libro medianamente funcionó publicado por otro, no lo dicen pero se quieren matar. Y si te publicás pagando la edición los reseñadores te miran de costado. Entonces lo que queda es esperar. Si de verdad lo merece, a cada libro le llega su editor. Bueno, por suerte apareció Luis Mazzarello con Wu Wei y el humo del chori pudo llegar a las librerías. Y gracias a las manos del General que son milagrosas, no nos va tan mal.
G.B: ¿Estás igual de quemado que tus personajes?
S.P: Yo soy mi propio personaje. Algunas neuronas perdí en la adolescencia. Pero, no. No estoy tan limado. Al menos eso creo. La pérdida de neuronas causa amnesia y otras cosas que no me acuerdo…
G.B: ¿Cuánto de Laiseca hay en Choripán Social?
S.P: Hay una gran influencia de su literatura. Es un gran maestro zen. Lai me apoyó con la escritura desde el principio, cuando escribía cuentos delirantes y sexópatas en 2003. Pero en Choripán también hay otras influencias como Soriano, Guebel, Aira, Asís, Fontanarrosa y todas las cosas que leí mientras lo escribía.
G.B: Laiseca habla de “realismo delirante” en el prólogo. Y eso me suena a lo que es la “ficción especulativa” a la ciencia ficción, un imaginario que podría partir de la realidad o acabar en ella. ¿Hay algo de esto?
S.P: El realismo delirante es un género que inventó Laiseca. Básicamente es usar el realismo y poner una lupa en algunas cosas para exagerarlas al máximo. Generalmente a través del humor se pueden contar cosas terribles ya que de esa forma duelen menos. Si bien mi libro es muy delirante, lo que sucede es fácilmente reconocible. La historia argentina es delirante por sí misma. La única verdad es la realidad, la realidad efectiva. Efectivamente delirante.
G.B: Peronismo. Desarrolle:
S.P: Desarrollar ideas sobre el peronismo sería como hablar sobre la vida misma. El ADN argentino es peronista. ¡Hasta el Papa dice que es peronista! El peronismo algún día va a conquistar el universo. Es tan vasto que lo voy a resumir en una frase del gran Antonio Cafiero: “El peronismo da para todo”.
Sebastián Pandolfelli nació en el Hospital Evita, en la República Separatista de Lanús en enero del 77 y se crió en Villa Diamante. Es músico, compositor y escritor porque cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Integra el cambalache sonoro Los Barriletes Cósmicos y desde 2004 le hace creer a la gente que eso es una banda de rock. También toca la guitarra en el experimento Cachivaches y tocó en varias bandas; tales como El Pony Infinito, Super Siempre y Disculpe la Molestia. Produjo y condujo algunos programas de radio. No sabe manejar ni jugar al fútbol, pero realiza performances de lectura. Es discípulo y lugarteniente de Alberto Laiseca. Publicó “Rocanrol” (Ed. Funesiana, 2008). Su primer manuscrito “Me pusieron algo en el trago y bailé toda la noche” es in-publicable. “Choripán Social”, su primera novela, circuló en fotocopias por el conurbano y se convirtió en una especie de novela de culto. También escribió dos libros de relatos: “Diamante” y “Mugre”. Tiene pensado realizar unos cuantos atentados más contra la literatura y la música. Su frase de cabecera es la que Bartleby repite como un mantra: “Preferiría no hacerlo…”. Por otra parte sus intereses son mensuales y más altos que los del Banco Nación para operaciones a 30 días… (Wu wei editorial)

Che, salimos en la TEM

Compartimos un breve fragmento de Choripán social, el nuevo libro del escritor argentino Sebastián Pandolfelli que publicó la editorial Wu Wei. “Choripán Social es, para mí, una acabada muestra de realismo delirante, tal como los libros que escribió el gordo Soriano o los míos. Aún así los tres estilos no pueden ser más diferentes, ya que cada uno lo encontró por su lado”, escribió Alberto Laiseca.
FUNDACIÓN TOMÁS ELOY MATRÍNEZ



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