viernes, 3 de enero de 2014

La realidad efectiva, la Gran Estafa

“Sonó el teléfono otra vez. Fue a atender para que no se despierte Brisa. “Hola ¿Con la señora Gonzalez? ¿Se encuentra la señora Gonzalez? La estamos llamando del estudio del Dr. Penna por una deuda que la señora mantiene con Tarjeta Shopping. Ya le enviamos varias notas de reclamo y no tuvimos respuesta. Esta llamada es para avisarle que su asunto va a pasar a la parte de legales en el término de cuarenta y ocho horas. Si se presenta a abonar en el día de hoy le hacemos una quita del treinta por ciento del valor nominal de la deuda.” Belén dejó que la voz chillona de empleada mal pagada continuara su discurso sin prestarle atención, contó hasta diez y cortó. Esos llamados eran cada vez más seguidos así que desconectó el aparato.”
El camino de Belén (Fragmento)


¿Ficción literaria o un paneo de la realidad efectiva que viven miles de personas? Estas situaciones que cito son mucho más comunes de lo que todo el mundo cree. La sociedad funciona dentro del sistema capitalista y este sistema se nutre de la relación simbiótica entre el consumo y la producción de bienes y servicios. Hasta ahí todo muy lindo. Pero el asunto es que para “pertenecer” hay que “tener” y nos fuerzan a consumir cada vez más bienes y servicios (en su mayoría absolutamente innecesarios). Oka. Ese es otro tema que deberían analizar sociólogos, psicólogos y economistas y no es mi metier.
 Yo escribo relatos...

“Su distracción es mirar la tele. Compró una de 24 pulgadas y un aparato de DVD. Se metió en un préstamo y como le advirtió Amanda, ahora estaba pagando el doble. Hace dos meses que no llega con la cuota, los intereses se le fueron al carajo y los del banco lo amenazan por teléfono. Quería pensar en otra cosa, pero no se lo podía sacar de la cabeza.”
““Escuchame una situación Cabrales, ésta es una empresa seria ¿Me entendés?” Le dijo el jefe de personal con cara de perro. “Yo no sé en que cosa te metiste, pero no soy tu secretaria ¿estamos? ¿Que es eso de que te llamen acá unos abogados para decir que tenés una deuda de no se que mierda? ¡¿A mi que carajo me importa si tenés una deuda?!” Gritó golpeando el escritorio de la administración rebalsado de papeles.  “Mirá, todavía no informé de esto a nadie, pero arreglate con esa gente porque si te llaman de vuelta voy a tener que hacer algo ¿Me entendés? Eso pasa porque ustedes los negros son todos iguales... Tienen paladar para jamón crudo y el bolsillo les da para mortadela... Y no se te ocurra pedir adelanto, que ya te veo la intensión...””

Segunda vuelta (Fragmento)


A lo que voy concretamente es a que el laburante, el ciudadano medio, lo que Ortega y Gasset llamaba “el hombre masa” (aunque en un tonito medio facistoide), el tipo alienado que va “de la casa al trabajo” es bombardeado constantemente por publicidades y “Propaganda” de “cosas que no podés dejar de tener” para “disfrutar de la vida hoy”. Entonces ahí va Cachito a comprar el Mega-Guachi-Súper-Celular con comunicación satelital a Ganímedes y sacacorchos incluido, pero que tiene una señal de mierda y lo paga cinco mil pesos para que después la empresa telefónica lo recague cobrándole cualquier cosa que nunca va a poder analizar y brindándole un servicio ultra deficiente. O se compra las últimas Altas llantas Sónicas con GPS bonificado y se le rompen al mes y medio de uso. ¿Cómo compra esos bienes y servicios con su magro sueldo de laburante? ¡EN CUOTAS! Claro, con la tarjeta de plástico de segunda marca y sin respaldo que le regalaron en la esquina. Sí, te REGALAN las tarjetas de crédito. “Hordas de notables con los secretos para hacer un negocio tan pequeño y simple como vos. (Toxi-Taxi, Patricio Rey)”.

Antes el negocio era cuidar la guita entonces para darte una tarjeta te ponían tal cantidad de requisitos que era prácticamente imposible tener una. Ahora el negocio de las financieras y de los bancos es generar DEUDA. El negocio es el Sobre-Endeudamiento. Que la gente gaste más de lo que puede y se endeude para después poder cobrarle intereses por su morosidad. Por eso le regalan esos plásticos a cualquiera. Créditos a sola firma. Y la mierda en bote. No voy a hacer una apología de no pagar las deudas. Hay que pagar. Pero pagar LO JUSTO y NO lo que las empresas te imponen con planes de pago y re financiaciones. Y además sobre los intereses altísimos y absolutamente injustificados te suman más intereses.

La aplicación de intereses sobre intereses, se llama anatocismo y está prohibido según lo normado por el Art  623 del Código Civil. Hay que negociar las deudas. Esa es una posible solución. El problema es que las empresas imponen contratos modelo que vienen preestablecidos. Entonces los usuarios y consumidores tienen que ejercer sus derechos y ser RESPONSBLES en la relación de consumo. Exigir explicaciones. Entender qué se va a pagar. Qué se está firmando. No creer todo lo que las empresas dicen.

Pero el tema que quería desarrollar y por lo que hice toda esta introducción es la DEUDA. Una vez generada, hay que hacerse cargo. Y si surge algún inconveniente buscar la manera de re negociarla. Plantarse y NO permitir que apliquen cargos y punitorios injustificados. Pero siempre demostrar voluntad de pago.
Ahora bien, eso es cuando la deuda es legítima y hay una responsabilidad por parte del deudor.

Pero en los últimos años empezaron a aparecer “Empresas de Cobranza” o “Estudios Cobradores”, que simulan ser estudios jurídicos y tienen calll centers y oficinas con todo un circo armado y no son más que Estafadores.

Las deudas no desaparecen. Una vez contraídas existen hasta que se las liquide. Pero si el acreedor no la reclamó fehacientemente, ésta prescribe en un plazo que va de los 3 a los 10 años según el tipo de deuda.

Ahí está el negocio de estos ladrones de guante blanco. Compran por dos mangos las carteras de incobrables de las empresas de servicios y de bancos y financieras. Y arriesgan a cobrar todas las que puedan con un plan maquiavélico de hostigamiento sistemático. La mayoría son deudas prescriptas y otras ni siquiera son reales. Las inventan. Lo he comprobado en más de una oportunidad acompañando gente a reclamar ante estos carroñeros.

Empiezan con llamados telefónicos a cualquier hora. Después son grabaciones a la madrugada. Después empiezan a llamar a vecinos amigos, parientes y hasta a los lugares de trabajo, generando una serie gravísima de problemas, además de la angustia, el sentimiento de impotencia y la bronca. Después envían notas y cartas violentas que simulan ser notificaciones judiciales (Expresamente prohibido por el Art 8 bis de la Ley 24.240). Amenazan con embargos judiciales. Mienten descaradamente. Asustan a la gente con que van a perder todo en un juicio ejecutivo. No explican NUNCA el motivo del reclamo. Sólo dicen que hay una deuda de tanto y si se la paga en determinado plazo se puede hacer un descuento o un plan de pagos pero hay que ir a sus oficinas. ¡Ahi está la trampa! Al caer en sus cuevas tal como un boludo disfrazado de churrasco entrando a la jaula del león, se cierra la puerta y las prácticas son casi como las que usan los policías en las películas.

Empiezan a presionar para que pague. Le imponen un plan de pagos con intereses altísimos y hasta que no firme no lo dejan salir. Y en muchos casos obligan a la gente a firmar documentos EN BLANCO. Pagarés incluidos. El pagaré es un título ejecutable. El supuesto deudor no tiene ni las más puta idea de lo que está firmando. Ese es el documento a través del cual logran legalizar una deuda inexistente y con eso sí pueden, eventualmente, iniciar un juicio ejecutivo. He visto casos increíbles de juicios con trabajadores embargados durante 15 años. Te embragan por el capital y los intereses y como tardaste un par de años en liquidar la deuda, porque el descuento de tu sueldo no puede superar el 20%, cuando terminaste de pagar te piden una actualización y te imponen otro embargo por el tiempo que tardaste en pagar y eso es el “Cuento de la Buena Pipa” porque NO terminás de pagar NUNCA. Esa es la Realidad Efectiva que viven miles de trabajadores, laburantes, usuarios y consumidores de bienes y servicios. Y basta con ir a cualquier Juzgado Comercial y pedir la “Pila” de ejecutivos para constatar los miles de juicios que las empresas “Litigantes Frecuentes” le hacen a los deudores. Ahí está la famosa “Industria del juicio” que genera al Estado millones de pesos de gastos en trámites que en su gran mayoría son INJUSTOS. “Hacete amigo del juez” decía Martín Fierro, bueno acá los Estudios que van seguido a tribunales son mucho más conocidos por los empleados del Poder Judicial que los trabajadores “hombre masa” enjuiciados, por lo tanto estos “Abogados” tienen algunos privilegios. “Si siempre fue así” y se usan modelos de proveídos para estos expedientes y los sacan como chorizos de la máquina, sin analizar cada caso en particular y nadie se atreve a plantarse para cambiar las cosas.

Estos tipos son Ladrones al igual que los Banqueros que aplican intereses y cargos abusivos y con eso se enriquecen. Y la sociedad los avala. El dinero es poder y con el poder viene la impunidad. Los Empresarios, Banqueros y abogados son impunes para robar. Y el Estado no se preocupa en lo más mínimo porque “Siempre fue así”, “Si está en el contrato ya está”, “Lo que firmó, ya lo firmó”. Entonces nuestra “Aristocracia” de medio pelo, continúa enriqueciéndose a costa del pueblo, mientras seguimos preocupados por los nuevos integrantes de Videomatch, la inminencia de los saqueos navideños y si el dolar pitufo se podrá llevar a Florianópolis.

Sebastián Pandolfelli, diciembre 2013.



No hay comentarios: